lunes, 16 de enero de 2012

Verdes

A cada día que pasa
se me vuelven más grandes los ojos.

Cambian de color y de contrato,
a veces hasta de dueño.
Entre tus capítulos que a fascículos
me entregas,
y los lacrimales desangrados,
chirrían verdes
mis crecientes
bolas de cristal.

Son de cristal
porque
son fijos y transparentes,
y descuajeringan los nervios
intransigentes
de cualquier pensamiento.

Son mi principio y mi fin,
mi fin y mi sustento.

Ya se abren por minutos.
Saben a mar,
a arena mojada,
a fuego diluido.
Saben a bosque.

Verdes crecen,
y en otoño
bajan la mirada
algo amarillentos.
Verdes en invierno
y en verano.
Verdes oscuros
en la noche.
Verdes y grandes.

Cada vez más grandes.

Enormes ojos crecientes...,
por y para mirarte.

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