domingo, 2 de diciembre de 2012

Poemas huérfanos (XII)

XII.

Mejor despacio,
Sin que nos ahogue el tiempo maldito,
Sin que los segundos sometan a nuestros cuerpos,
Aún calientes y tersos.

Despacio
porque pasa el aire de largo
y no nos enteramos,
porque, lento, llenamos plazas
y ciudades,
antes vacías a mis ojos.

Sin prisa.
Me gustas sin prisa.
O con ella,
Porque me gustas de todas las maneras posibles.

Ya está sonando.
Se arremete en los silencios
Y nos hace correr,
Aunque sea a amarnos.

Frena.
No quiero sangre,
Ni desgracias, ni llantos.
No quiero faltas.

Ven,
Que cuando te siento,
Se para solo.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Poemas huérfanos (XI)

XI.

Es entonces cuando se te avalanchan los pasados.
Cuando la noche cae roja y estridente,
y los días sangran, tan amargos.

Ves entonces, como las lágrimas salían como gritos.
Tu rostro es húmedo,
como tu recuerdo,
que plañe remordiéndose los vacíos
que tanto tiempo te llenaron.

Quisiste chillar,
pero allí nunca hubo aire.
Te criaste entre humos negros
y entre tanto fuego,
que acabó quemándose
hasta la vida.

Y fuiste desierto.
Tierra infértil y nauseabunda,
como aquella
que recorrió tu sueño y tu vigilia.
Fuiste castración.
Empeño de diente de oro.
Carne de cañón.

Silencio abierto.

Hasta que de las cenizas,
naciste de nuevo.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Para un domingo encapotado...

Buena música para un domingo casi lluvioso. Vozarrón que os va a llenar los oídos y el día:


Y mi otra recomendación para hoy: 


domingo, 21 de octubre de 2012

Poemas huérfanos (X)

X.

Has arrastrado mis vacíos más mundanos,
soplo a soplo hasta llenarlos de ausencia.

Mordaz, has derrotado a las sombras
que custodiaban mi espalda
contenida de bocados mudos,
y has vislumbrado los temblores
hacinados en la cima de mi pecho.

Guardaste otros vientres en tu regazo,
mas ahora tus poros se cubren con mi piel
y enciendes mis escápulas
tan cargadas, entonces, de silencios huracanados.

Has rezagado las sangrantes cicatrices
que otras te marcaron,
y has amarrando fuerte mis manos,
ávidas por descubrirte de principio a fin.

Porque borraste el frío del invierno
y es más cálida la noche
desde que te arropas con mis sábanas,
aquí me quedo.

Hasta que se desvanezca el aire.

Y cuando agotado esté
hasta el último halo de mi aliento,
me inventaré respirar,
y sin el más mínimo viento
dejaré el aquí
para irme allá a donde marches.

sábado, 29 de septiembre de 2012

miércoles, 13 de junio de 2012

Poemas huérfanos (IX)


IX.

Se me anegan los pulmones
de inhalar tu sórdido vacío.

Aún existes en el seno de mi cama,
aunque quizás seas ya ángel decaído
allá a lo lejos,
donde el cielo plañe de histeria
y la luna se adelgaza
hasta volverse cuadrada.
¡Pobre famélica
de cráteres ciegos!

Si perece tu boca,
moriría hasta el silencio,
y reventarían mis tímpanos secos
ayunos de armonía embalsamada.

Si perecen tus manos,
rodarían los restos de mis caderas,
rotas por tristes,
y mis dedos serían piel inerte
y de grietas manidas.

Si perecen tus ojos,
sería punto, para hacerme tu libro abierto,
y escribirte a sangre mi lengua,
y dibujarte a mimos mi costado.

Si perecen tus oídos,
movería los labios
hasta dejarte exhausto
y besaría tus orejas,
que sordas,
escucharían mis tórridas intenciones.

Si pereces tú...,
olvidaría respirar.

viernes, 4 de mayo de 2012

Poemas huérfanos (VIII)

VIII.
Sucumben las negras madreselvas
infestadas por el bicho de la noche,
que aniquila resguardos de luz
polvorienta 
y a rayos turbia.

Deberías dormir,
como hacen los niños a estas horas.
Pero tú niegas el descanso
para ser murciélago ciego,
y batir tus alas hediondas.

Tus ojos permanecen abiertos,
ecuánimes,
ante la magnitud de las nubes
que el propio cielo absorbe
y tan solo sientes,
pues perdiste la vista
al transmutarte
en animal nocturno.

Y quieren tus arterias
reposar sin tu permiso,
avasallan tus músculos
a tu más discreto cómplice
que resiste truenos mudos.

Ni el más leal verdugo
te aletargaría tras su acecho,
no perecerás
en lechos que esperan
tu llegada, tan lejana.

Pero ahí te dejo,
ahí nos dejo.
Yo me voy a dormir,
con mi otra mitad.

miércoles, 18 de abril de 2012

Poemas huérfanos (VII)

VII.

Parece que los días grises,
fusilados por la incipiente primavera,
se salieron de nuestras pupilas
tan tristes entonces...

Llegó el sol ansioso
de nosotros,
para dormir nuestros cuerpos
desnudos,
hasta con su fulgor
más dorado.

Recostados el uno en el otro,
sobre camas de cabida estrecha
y grandes sueños,
cambiábamos sábanas
descompuestas en besos.

Sin palabras,
y con aliento,
recorríamos con los dedos,
sin linde, silencios.

El tiempo se escurre
a parpadeos,
escapándose hacia
incertidumbres consteladas.

Pero ni ti ni a mí
nos importa,
pues las fragilidades
han desvanecido
ante nosotros,
tantas veces
como segundos a tu lado.

Fugitivo el tiempo,
se escapa,
cobarde de nosotros,
que por instantes,
nos hacemos eternos.

martes, 3 de abril de 2012

Poema a mi abuela

A mi abuela Rosi

A ti, mujer de sangre morena,
corazón claro y
risa caliente,
te debo tantas noches
como los vuelos de ida y vuelta
que cantaste a tu niña sin sueño.

A ti, mujer de ojos chicos,
que agrandas con tu mirar el mundo,
palias las tristezas encajadas en tripas ajenas
a base de sonrisas consentidas.
Y yo, te debo un pantano
de infinitas lágrimas estancadas y vírgenes,
que tú retuviste atándolas a tus pestañas.

A ti, mujer de brazos abiertos,
hasta los mudos te responden alegrías,
pues estas son tu idioma cotidiano,
y plantas esperanza allá por donde pisas,
pues eres ángel flamenco sin alas.
Y yo, te debo un mar de besos
por cada una de las caracolas que forman tu pelo
y dejas que acaricie el viento.

A ti, mujer de alma ancha
e ilusión salvaje,
te debo el aire que respiro,
y en este poema, te quiero,
y en esta vida, te adoro,
y en todas las demás, estaré contigo.

jueves, 29 de marzo de 2012

Manifiesto de los ombligos

Hay ombligos tristes hasta el estómago, grises de pelusa. Otros, son ombligos contentos, siempre con la boca bien abierta. Algunos, sobre todo en la ducha, son ombligos llorones, y sueltan lágrimas durante un tiempo indefinido. Unos pocos, son ombligos serios, y no pronuncian palabra alguna para manifestarse contra su reina, la tripa. También hay ombligos sufridores, habitantes de panzas flácidas, malolientes y peludas. Existen hasta los ombligos menstruados, sí señores, han entendido ustedes bien, he dicho ombligos menstruados. Estos son menos comunes, de hecho, personalmente, tan solo conozco un caso. No obstante, algunos universitarios con problemas de adaptación social dedican su tiempo libre a dibujar sexos de mujeres en tripas ajenas, haciendo del ombligo el clítoris más profundo jamás visto, con el fin de explicar qué es el arte.

Fíjense ustedes, ¿quién encontrará arte en un ombligo? Claro está que hay gente para todo...

Pero el tema de los ombligos viene al caso por una afirmación, de cuya veracidad fui consciente esta mañana, y que seguramente nunca se habrán parado a pensar: nacemos con una cicatriz. Cuando un niño desdentado de ceja rota, nos pregunta, esperando nuestra negativa para mostrarnos su superioridad por acabar de hacerse una brecha, si tenemos alguna cicatriz, jamás tenemos en cuenta a nuestro ombligo. No tenemos suficiente con hacerle caso omiso, con no expresar ningún tipo de consideración al saber que se trata de un elemento de nuestro cuerpo inútil, sin función alguna más que la de decorar; que también olvidamos su existencia. Cuán egoístas somos, y ¡pobres ombligos despreciados!

Planteémonos qué serían las tripas sin ellos, además de algo espantoso. Nuestro torso perdería su epicientro, y la estética se derrumbaría por cada milímetro cubierto de piel y abandonado de ombligo. La belleza que surge, cuando al derramar agua sobre un vientre esta cae a un mismo lugar, se borraría de forma instantánea. Por otra parte, se llevarían a cabo numerosos despidos, ante la carencia de demanda de pircings en tal sitio. Y frases tan sonadas en nuestro país como: esa chiquilla sí que luce ombligo, o, deja de mirarte el ombligo (mamón); desaparecerían del mapa.

Desde luego, se trataría de un suceso realmente triste.

Por ello, hago un llamamiento popular desde aquí, una cama cubierta por una sábana de abdómenes dibujados, para que se ponga fin al constante desdén hacia ese pequeño agujerito que guardamos en nuestra tripa. Hoy, España, se ha declarado en huelga. Huelga general. Y no es de extrañar que nuestros ombligos decidan manifestarse, con pancartas que manchen nuestras bonitas camisas hawaianas, o piquetes informativos que fastidien a las vellosidades de nuestro intestino, haciéndonos padecer diarrea durante, al menos, tres días.

Ante esto, cuidémoslos. Recordad que sólo tenemos uno, y que no hay bien estético más preciado en nuestro cuerpo. No hagáis que huyan, que las tripas tengan que declararse en estado de alarma, o que cierren los ombligos para convertirse en carne.

Creedme, sería una desgracia.

P.D: por un mundo mejor, con ombligos satisfechos.


Fdo: una joven de ombligo rebelde.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Eblouie par la nuit

Éblouie par la nuit à coups de lumières mortelles.
À frôler les bagnoles, les yeux comme des têtes d'épingles.
Je t'ai attendu cent ans dans les rues en noir et blanc
Tu es venu en sifflant


Un grupo magnífico. Una canción que toca...

domingo, 11 de marzo de 2012

Suzanne

And she lets the river answer
That you've always been her lover
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that she will trust you
For you've touched her perfect body with your mind. 


Una canción que llega al alma, pefecta para este domingo.

viernes, 2 de marzo de 2012

Poemas huérfanos (VI)

VI.

Ha desistido el anhelo
de ti
que padezco
al mirarte.

Se ha rendido
en el lecho de mi mente.

A sabiendas
de que tenerte
es el mejor
de todos los pecados.

Mas persisten
tus huevas incubadas
en los tubos de neón,
que sustituiste
por las venas
incrustadas en mi cuello.

Pródigas mis manos
de caricias
en peligro de extinción,
te dedicaría
las pocas que me quedan.

Y destruiría almanaques
para reventar al tiempo
de un tortazo,
quedándome
a tu lado
sin prisas de pestañas.

Y quemaría la ciudad,
haciendo arder
hasta los metales
con el ácido
que escondo
entre mis sueños,
para que el espacio
erupcionara en un segundo.

Y caigo en la cuenta
de que mi anhelo,
inalienable,
continúa jugando
entre mi alma y mi costado.

Esperando a cazarte.

sábado, 11 de febrero de 2012

Poemas huérfanos (V)

V.
Después de ti no hay nada.

Después de ti,
el mar se vacía
a través de un embudo de metal;
y el cielo cae
cuesta abajo,
hasta aniquilar
al último insecto.

Después de ti,
no hay aire,
porque tú lo has
aspirado
todo de golpe;
y el suelo
es en sí una
grieta infinita.

Después de ti,
no hay silencio,
quizás haya grito;
y la música
habrá sucumbido
de tristeza.

Después de ti,
no hay vida,
pues sin ti
se suicidan hasta las células;
y tampoco muerte,
estará de baja
por depresión.

Después de ti,
yo no existo,
como no existía antes;
y tú,
serás el pasado
al que rogaremos
que se quede en el presente.

Después de ti no hay nada.

Nada.

Así que aprovechemos y comámonos el ahora a bocados,
después de que sea un antes y antes de que sea un después.

Ahora. Que lo hay todo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Pale blue eyes

Sometimes I feel so happy,
Sometimes I feel so sad.
Sometimes I feel so happy,
But mostly you just make me mad.
Baby, you just make me mad.


lunes, 6 de febrero de 2012

Poemas huérfanos (IV)

IV.
Hoy, te escribiré verso arriba
por las calles de mi alma.

Y serás manecilla sin tiempo;
mis piernas, y mi cama.
Y la lengua moribunda
de mi cuerpo.

Hoy, dejaré que me muerdas
los fantasmas que exorcizas
los sábados de noche.

Y serás conjuro seco,
y la sed húmeda
de mi garganta.

Hoy, dejaré que me mires,
y que me observes,
allá por donde quieras.

Y serás la dulce ponzoña
que me mata.
Serás el hambre de mi ayer
y un todavía.

Pero pronto te irás,
como pájaro de invierno.
Y respirarás el olor
de otros aires, con mi falta.
Y escupirás mis fantasmas
devorados.

Y serás recuerdo vacío.

Y serás oquedad...

Enorme oquedad
en mí.

jueves, 2 de febrero de 2012

Poemas huérfanos

III.  
Éramos de papel
y de sangre
menguada,
como nuestros cuerpos
contraídos.

De papel cebolla.
Frágiles. Dispuestos
a hacernos añicos
de un momento a otro.

Éramos memoria
sin carne y sin vida,
deseosa de augurios cumplidos.
Piel seca y ahogada,
sin poros por los que
transpirarnos.

Tan solo olemos
de lejos
las hormonas asexuadas
que enquistan nuestros
estériles vientres.

Tan solo somos
estómagos vibrantes
y escépticos.
Hambrientos 
el uno del otro.

martes, 31 de enero de 2012

How to say goodbye

Goodbye, so long...

 

Aquí va la canción que no puedo parar de escuchar. Cómo decir aquello que a veces tanto cuesta...

jueves, 26 de enero de 2012

A un poeta del metro

Poeta sin manos,
déjame escribirte
las palabras mudas
de la cueva que encierras.

Soy el reojo ciego
que te mira,
y con el que solo 
compartes asiento,
pluma, papel, 
y tal vez alma.

A dónde irán
los ríos de tu tinta,
a dónde irán los caídos amantes.

Quizás al subsuelo,
donde la luz no alcanza,
como nosotros.

Encapsulados en el metro de Madrid.

lunes, 23 de enero de 2012

Poemas huérfanos

II.
No quiero luz, ahora.

Me basta y me sobra
con el negro cubículo
que observo,
impávida,
noche tras noche,
aguardando al sueño
que me apuñala
con su tardanza.

Me basta y me sobra
conmigo
sin ausencia y sin ausentes,
con insomnios
de media vuelta y vuelta entera,
con demora,
como todo.

Me basta y me sobra
con ácido
de ojos tristes,
con amargor
de bocas taciturnas,
con insipidez
de manos apesadumbradas.

Me basta y me sobra
con el lóbrego aire
que respiro
antes de dormirme,
y mientras duermo.

Después, cuando despierte, quizás salga el sol.

Como quizás se vayan mis ojeras,
o quizás acabe este poema.

Mañana será otro día.

Seguramente nublado.
Con ojeras.
Y con otro huérfano poema.

Ahora..., oscuridad.

Noche. 

Negra noche que no duerme.

jueves, 19 de enero de 2012

Frío

Quedas a unos cuantos kilómetros.

Yo a pesar de estar en el sur,
tirito de frío.

Frío en mis venas.
Verdes, bajo la luz
tenue que alumbra
los suelos llenos de mierda.
Frío en los dedos,
exploradores de candidez
y de tantas otras cosas.
Frío en la garganta,
sin grito.

Frío de sala de hospital,
de nieve sucia,
de foca sin piel.

Frío porque estás lejos.
Tan, tan lejos,
que nunca has llegado a estar...

lunes, 16 de enero de 2012

Verdes

A cada día que pasa
se me vuelven más grandes los ojos.

Cambian de color y de contrato,
a veces hasta de dueño.
Entre tus capítulos que a fascículos
me entregas,
y los lacrimales desangrados,
chirrían verdes
mis crecientes
bolas de cristal.

Son de cristal
porque
son fijos y transparentes,
y descuajeringan los nervios
intransigentes
de cualquier pensamiento.

Son mi principio y mi fin,
mi fin y mi sustento.

Ya se abren por minutos.
Saben a mar,
a arena mojada,
a fuego diluido.
Saben a bosque.

Verdes crecen,
y en otoño
bajan la mirada
algo amarillentos.
Verdes en invierno
y en verano.
Verdes oscuros
en la noche.
Verdes y grandes.

Cada vez más grandes.

Enormes ojos crecientes...,
por y para mirarte.

miércoles, 11 de enero de 2012

Poemas huérfanos

I.
Repliega el órgano dormido,
la acérrima acústica despojada
de los párpados insomnes
que tanto me extrañan,
el ahogado suspiro sin aire.

Repliégate a ti,
o en ti,
ahora que me ausento,
que estoy oculta entre
las matas de invierno.

Repliégate y llora,
cual huérfano
bebé,
cual sombra
exánime.

Repliégate y muere,
como me mataste a mí.

Despacio.

lunes, 9 de enero de 2012

Las cinco reglas de la conquista según mi hermana

Al encontrarlas dobladitas en un libro, no he podido evitar compartir las maravillosas reglas que me escribió mi hermana de 7 años, cuando tenía unos 5, con el fin de que conquistara a quien tenía en la cabeza.

Aquí van, transcritas tal cual (faltas incluidas):

Regla numero 1: Ser duro.
Regla numero 2: Llamarle como 3 veces todos todos los dias.
Regla numero 3: besarse con alguien para darle embidia.
Regla numero 4: acerte la interesante.
Regla numero 5: si pasas por don de esta el az como sino esta el.

Lo a escrito Triana pero lo ba a cer Nerea.

viernes, 6 de enero de 2012

Vientre de amapola

Violabas amapolas
rojas y negras.
Cerrabas sus pétalos
para que no gritaran.
Cerrabas tus ojos
para no verlo.

Vientre de flor,
de amapola suicida.
Vientre demolido,
cáustica emoción.

Vientre de serpiente,
voraz y hambrienta
de estigmas de sal.