Creo que es complicado que al ver esta película no se nos escape alguna lágrima, o al menos no se nos ponga un nudo en el estómago.
En América está cargada de sentimiento. Sus diálogos son naturales y profundos; sus planos cortos invaden la pantalla y al espectador; los personajes nos muestran su lado más humano; y se unen tristeza y alegría, lucha y desesperación, muerte y vida.
No es difícil ponerse en la piel de cada uno de los miembros que protagonizan la película, que a través de tan solo sus miradas nos transmiten todo lo que es necesario transmitir y más. La película tiene escenas verdaderamente bellas, que por lo menos a mí, me han dejado los ojos como platos y los pelos como escarpias.
Por otro lado, las actuaciones impresionantes. Sobre todo, sorprendente la de las dos niñas, que están magníficas y que emocionan a todo aquel que las vea.
Me gustaría hablar más sobre la trama, pero ya que odio que me fastidien las películas contándomelas -y por lo tanto, tampoco me gusta fastidiarlas- no lo voy a hacer.
Únicamente decir que me ha parecido una pequeña obra de arte, recomendable para todo cinéfilo.
Muy buena.
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