miércoles, 11 de mayo de 2011

Las catorce cosas que nunca pensé que llegaría a valorar tanto

1. Los muelles de una cama.
2. Papel higiénico (no servilletas).
3. Un suelo recto (no uno en el que rueda una canica).
4. Un suelo sin maqueta (sucia).
5. Una nevera en la que quepa comida.
6. Un desayuno y platos/vasos/tazas que no sean de plástico.
7. Ausencia de sonidos de tubería por las noches
8. Un váter normal (con cadena).
9. Una ducha sin pus.
10. Una percha.
11. Un cuarto con wifi (no un pasillo de hotel).
12. Ausencia de una alarma de incencios que suena unas dos veces al día.
13. Inexistencia de polillas y bichos bola habitando en tu cama.
14. LECHUGA.



Llegas a Londres. Te trasladas hasta Brighton (donde has alquilado un "apartamento"). Te meten en un... ¿cómo definirlo?... ¿Un conjunto de habitaciones de hotel; una cocina sucia para dos personas (pero usada por 10); un baño en el que te da más asco limpiarte que estar sucio y un salón (o en España llamado pasillo) inclinado, compuesto por 5 sillas y una tabla sujeta por tacos de madera bajo las patas, debido a la inclinación, que tiene la función de mesa? Después de dos días de quejas (desde España y desde aquí) los del hotel comienzan a odiarnos, pero conseguimos que nos cambien a otra habitación.
Tenemos cadena, una ducha normal, armarios y camas sin romper, ¡hasta ventana!


Hemos llegado a la conclusión de que estamos en una habitación normal.
Aun así, nos parece el paraíso.

He aquí nuestra pequeña (y gracias a Dios, pasada) pocilguita:

Eso sí, los ingleses, muy majos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario