No tengo pijama
ni sueño,
ni harapos
que me escondan.
Soy perversión en bruto,
sexo y aliento manchados.
A esta noche, que abre mis costras,
la trago con ojos abiertos,
sin dejar que me engulla.
Prefiero no arriesgar
a soñarte,
y consumirme
bajo el tintineo del reloj.
En este aire sucio,
y frío,
que me hace temblar
por fuera.
Mientras tú,
me remueves por dentro.
Muy hermoso, Un abrazo.
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