sábado, 11 de febrero de 2012

Poemas huérfanos (V)

V.
Después de ti no hay nada.

Después de ti,
el mar se vacía
a través de un embudo de metal;
y el cielo cae
cuesta abajo,
hasta aniquilar
al último insecto.

Después de ti,
no hay aire,
porque tú lo has
aspirado
todo de golpe;
y el suelo
es en sí una
grieta infinita.

Después de ti,
no hay silencio,
quizás haya grito;
y la música
habrá sucumbido
de tristeza.

Después de ti,
no hay vida,
pues sin ti
se suicidan hasta las células;
y tampoco muerte,
estará de baja
por depresión.

Después de ti,
yo no existo,
como no existía antes;
y tú,
serás el pasado
al que rogaremos
que se quede en el presente.

Después de ti no hay nada.

Nada.

Así que aprovechemos y comámonos el ahora a bocados,
después de que sea un antes y antes de que sea un después.

Ahora. Que lo hay todo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Pale blue eyes

Sometimes I feel so happy,
Sometimes I feel so sad.
Sometimes I feel so happy,
But mostly you just make me mad.
Baby, you just make me mad.


lunes, 6 de febrero de 2012

Poemas huérfanos (IV)

IV.
Hoy, te escribiré verso arriba
por las calles de mi alma.

Y serás manecilla sin tiempo;
mis piernas, y mi cama.
Y la lengua moribunda
de mi cuerpo.

Hoy, dejaré que me muerdas
los fantasmas que exorcizas
los sábados de noche.

Y serás conjuro seco,
y la sed húmeda
de mi garganta.

Hoy, dejaré que me mires,
y que me observes,
allá por donde quieras.

Y serás la dulce ponzoña
que me mata.
Serás el hambre de mi ayer
y un todavía.

Pero pronto te irás,
como pájaro de invierno.
Y respirarás el olor
de otros aires, con mi falta.
Y escupirás mis fantasmas
devorados.

Y serás recuerdo vacío.

Y serás oquedad...

Enorme oquedad
en mí.

jueves, 2 de febrero de 2012

Poemas huérfanos

III.  
Éramos de papel
y de sangre
menguada,
como nuestros cuerpos
contraídos.

De papel cebolla.
Frágiles. Dispuestos
a hacernos añicos
de un momento a otro.

Éramos memoria
sin carne y sin vida,
deseosa de augurios cumplidos.
Piel seca y ahogada,
sin poros por los que
transpirarnos.

Tan solo olemos
de lejos
las hormonas asexuadas
que enquistan nuestros
estériles vientres.

Tan solo somos
estómagos vibrantes
y escépticos.
Hambrientos 
el uno del otro.