V.
Después de ti no hay nada.
Después de ti,
el mar se vacía
a través de un embudo de metal;
y el cielo cae
cuesta abajo,
hasta aniquilar
al último insecto.
Después de ti,
no hay aire,
porque tú lo has
aspirado
todo de golpe;
y el suelo
es en sí una
grieta infinita.
Después de ti,
no hay silencio,
quizás haya grito;
y la música
habrá sucumbido
de tristeza.
Después de ti,
no hay vida,
pues sin ti
se suicidan hasta las células;
y tampoco muerte,
estará de baja
por depresión.
Después de ti,
yo no existo,
como no existía antes;
y tú,
serás el pasado
al que rogaremos
que se quede en el presente.
Después de ti no hay nada.
Nada.
Así que aprovechemos y comámonos el ahora a bocados,
después de que sea un antes y antes de que sea un después.
Ahora. Que lo hay todo.