lunes, 12 de septiembre de 2011

Lapidación de adúlteras

Después de unas largas-larguísimas vacaciones de mí misma, vuelvo.



Nunca me han gustado las películas de miedo. De hecho, hasta hace apenas unos meses me negaba a ver cualquier película que llevara implícito un susto; pero he de reconocer que después de ver alguna que otra, no ha supuesto tal trauma como suponía. Ni nudo en el estómago, ni mirar debajo de la cama, ni insomnio ante los ruidos extraños de la noche.

Sin embargo el otro día vi una que consiguió dejarme paralizada. No trata de espíritus, de niños con caras pálidas y ojos en blanco, de asesinos en serie o de viejas adivinas, sino que muestra la bestialidad del ser humano en esencia.

El nombre del film es “La verdad de Soraya M”. Quizás ya la hayáis visto, si no es así, queda más que recomendada (aunque es probable que se os levante el estómago por completo) y de hecho os pido que la veáis y después sigáis leyendo.

La película está basada en un hecho real, la lapidación de una mujer acusada de adulterio por su marido. Creo que lo peor, es que cuando acabas de verla eres más consciente de lo que podías serlo antes (o al menos eso es lo que a mí me ocurrió) de las cosas tan repugnantes que suceden en el mundo.

En primer lugar dejar claro que todo aquello que voy a decir no va dirigido a los musulmanes en general, porque estoy segura de que los habrá que respeten a sus mujeres, y habrá también mujeres que se quieran a sí mismas y dejen al margen este tipo de pensamientos; va dirigido a aquellos que apoyan atrocidades como que existan países en los que la mujer no tiene libertad alguna, en los que si hubiera tenido la desgracia de nacer, no podría enseñar un brazo, ni tampoco podría opinar, tendría que obedecer ante la “supremacía” del hombre, no sería respetada y seguramente sería tratada como a un objeto.

Todavía no he leído el Corán, pero sí estos dos fragmentos que coloco aquí copiados literalmente de una traducción:

“Llamad a cuatro testigos de vosotros contra aquéllas de vuestras mujeres que cometan deshonestidad. Si atestiguan, recluidlas en casa hasta que mueran o hasta que Alá les
procure una salida “. (4:15)

“Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos
más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso , grande”. (4:34)

De verdad que siempre he criticado cualquier tipo de rechazo a otras culturas o religiones, pero ¿en serio se puede no tener cierto rechazo a esto? ¿Dónde quedan el amor y la libertad?

Con respecto a aquellos que practican estas costumbres, ¿se trata solo de humanos gregarios sin pensamiento propio refugiados en la violencia?, ¿de fanáticos que llegan casi a un punto enfermizo?, ¿de pura maldad?. Es imposible que un pueblo prácticamente entero, como ocurre en la película, nazca con esa crueldad en el cuerpo; lo cual me hace pensar que es la cultura y la sociedad la que nos ennegrece el alma. Y en este caso pienso que se debería limpiar toda esta suciedad mental que se implanta en estos países a niños y niñas desde que nacen.

¿El modo? No lo sé. Desde luego no a partir de la violencia, pero sí de alguna otra manera.

De momento, seamos conscientes de lo que hay. De que en pleno siglo XXI algunas mujeres son enterradas de cintura para bajo y apedreadas por un pueblo entero hasta que mueren. Una vez conscientes de eso, planteémonos en qué mundo vivimos. Y una vez planteado, respondamos a si queremos pertenecer a algo así, y ser responsables (aunque sea pasivos) de que sucedan estas cosas.

Creo que no sería ninguna tontería hacer una manifestación por una cosa así. Hace poco ha habido críticas por todos lados porque el Papa venía a Madrid. Se ha repetido hasta la saciedad por algunos que la Iglesia es intolerante, y se ha salido a la calle para quejarse de ello.
Puede que la Iglesia se intolerante en muchas cosas, yo no digo que no. ¿Pero dónde está la tolerancia que se plantea hacia la mujer en los países islámicos? ¿Quién se queja ante eso?

Es muy fácil ser un falso valiente.



Por todo esto, "La verdad de Soraya M." me ha dado tanto miedo. 

Se me ha revuelto el estómago al ver el odio desnudo y me ha dado pánico el ver que es mínimo el número de personas que son capaces de verlo y darse cuenta.